miércoles, 7 de octubre de 2009

¿Para que sirven los ideales?

¿Para que sirven los ideales?


Algunas reflexiones sobre la conformación de los valores, con una mirada optimista a pesar….

Ideal :Modelo perfecto que sirve de norma en cualquier dominio.
Conjunto de ideas o de creencias de alguien


La personalidad se conforma en relación a los otros. En principio las personas que están alrededor tienen fundamental protagonismo. Un ida y vuelta constante, lo que se llama un proceso de identificación algo así como “tomar prestado un rasgo o atributo del otro y hacerlo mió, mientras tanto voy conformando mi propia identidad”.
Los ideales, los valores forman parte de las inscripciones internas de la personalidad, de allí se orientara la forma de proceder, de proyectar, de accionar sobre el mundo que nos rodea.
Los primeros ideales se conforman en el seno de la familia de origen. Para que haya ideales debe existir un adulto que amorosamente se “ofrezca” ante la mirada ávida del pequeño. La fuerte necesidad de que exista un referente hace que se busquen cualidades en el otro, que son indispensables para poder proyectar algo propio que vaya invistiendo algo del afuera con admiración, afecto, amor

Y ese otro siempre que es admirado, aparece como un “grande” ante su presencia.
Es el momento en que el niño mira con ojos fascinados a su padre (o a una figura afectivamente de importancia) y esto supera la visión de cualquier superhéroe.



Mas tarde llegara la “desidealización” y este niño crecido ya no adorara, sino que amara, con sus defectos y virtudes pero en ese trayecto ya se fueron incorporando las bondades de ese objeto que alguna vez idealizo y eso se buscará depositar en otro lugar..

Otros vínculos, otras experiencias significativas desde lo afectivo se iran sucediendo.. los ideales se van conformando desde la niñez se sostienen y transmiten en el tiempo y son fundamentales las primeras ideas y valoraciones que se propician en el circulo familiar y social cercano..

Tener ideales es tener referentes, aquello que el otro es y quisiéramos para nosotros mismos impulsa y da sentido a la propia búsqueda.

Sin embargo la presencia o ausencia de estos referentes no será garantía de que se conformen, aquí juega también la propia subjetividad y la libertad de elegir o no enmarcarse en valores comunes.

Así como no podemos “crear”nuestras propias leyes, tampoco se puede negar la necesidad y existencia de valores universales.

Toda conducta humana tiene una valoración, es buena ,mala, solidaria, egoísta..Esto quiere decir que existe un ideal de lo que debería ser y este esta siempre en relación a una valoración del hombre en sociedad..
Tal como puede suceder a nivel indivi
dual que el hombre ponga su “ideal” en si mismo, en su propio bienestar, ensalzando su ser antes que otro, perdiendo de vista al prójimo, puede suceder en sociedades en donde se pierda la noción de conjunto, de bienes comunes.
Ejemplificado en un modo extremo, tanto el ser humano excesivamente narcisista que se siente superior a los demás por lo que descalifica la necesidad ajena, también las hubo ( y las hay) visiones extremas conjuntas en donde impera una sobre valoración de virtudes individuales por sobre la de los demás, lo que da paso a un especie de legalidad en la que todo se puede..

El verse a si mismo en forma excesivamente narcisista, llevado a lo social da por resultado ideologías extremas de superioridad y autoabastecimiento (el otro no importa, vale menos) dando lugar a la discriminación hasta niveles de los mas atroces..(por ejemplo el nazismo y otros “ismos” actuales)..

En la actualidad es cierto que son escasas las figuras públicas que de alguna forma representen estos ideales, a diferencia de otros momentos históricos donde los ideales habitaban una idea común explicita. Pero si algo fue construido interiormente, el ideal no será algo que deberá necesariamente estar representado en lo social, sino que será un necesidad que insiste a pesar de las circunstancias y que a la vez, estimo, se efectiviza en un modo mas concreto que es el día a día a través de nuestras acciones cotidianas que nos toquen.

Ya sin superhéroes, sin ídolos, sin líderes auténticos, en una sociedad que ofrece modelos individualistas, vacíos se podrá trazar una opción propia, diferente.
Conviviendo con el esfuerzo extra para dejar de lado el negativismo que atenta contra lo que todavía es realizable.
Tener ideales no es una cuestión solo religiosa, ni utópica, es poder proyectar la mirada en un horizonte mejor, no es fácil, no es simple pero si posible.

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